Las instalaciones fueron luego cedidas por el rectorado a la Facultad de Ciencias Naturales (FCN) e Instituto “Miguel Lillo” en 1988, entonces conducida por el decano Dr. Florencio Gilberto Aceñolaza.
Entre las especies originarias se encuentran el guarán (Tecoma stans), algunos tarcos (Jacaranda mimosifolia) y pacarás (Enterolobium contortisiliquum), además de algunos ejemplares de cebil colorado (Anadenanthera colubrina), laurel (Phoebe porphiria) y lapacho (Tabebuia impetiginosa ).
Las especies se encuentran en estado de semicautiverio en 15 hectáreas cercadas y acondicionadas para el hábitat animal bajo un control especial.
Entre las distintas especies se pueden apreciar el oso hormiguero (Myrmecophaga tridactyla), la corzuela parda (Mazama gouazoubira), el tapir o anta (Tapirus terrestris), el pecarí del collar (Tayassu tajacu) y la tortuga terrestre (Chelonoidis chilensis).
[5] La recuperación del bosque crea el hábitat adecuado para numerosa variedad de aves, entre ellas urracas (Cyanocorax chrysops), chingolos (Zonotrichia capensis), horneros (Furnarius), chalchaleros (Turdus rufiventris), tordos (Molothrus), caranchos (Caracara plancus) y halcones (Falco sparverius), entre otras.