El HMS Fury naufragó en agosto de 1825 en la costa de la isla Somerset, y Parry se vio obligado a regresar a casa en su otro barco, el HMS Hecla.
En diciembre de 1827 Austin fue destinado en otra expedición de exploración científica, al mando del capitán Henry Foster en el Chanticleer, con destino al Caribe, el Atlántico Sur y la Antártida.
Sin embargo, pronto fueron acosados por el hielo y tuvieron que invernar en el estrecho de Barrow.
McClintock fue el responsable de la introducción del trineo en los viajes en el ártico, haciendo posibles travesías sobre el hielo de larga distancia, hasta ese momento desconocidos por los exploradores polares.
En los cuatro años siguientes, su sistema permitió que las expediciones descubrieran vastas zonas desconocidas del archipiélago ártico canadiense.
(El transporte con trineo se mantuvo en la Royal Navy en el ártico y la Antártida hasta la muerte del capitán Robert Falcon Scott en su intento de alcanzar el Polo Sur).
El Comité absolvió a ambos y encontró su regreso justificado, pero ninguno deellos escapó con su reputación ilesa.
Austin siguió prestando servicios en el Ártico, pero no tomó parte más en la búsqueda.
Durante la mayor parte de su vida Austin siguió una carrera impecable como oficial capaz y respetado, pero se había ganado muchos enemigos durante la búsqueda de Franklin.
No fue el único oficial que fue atacado durante esos años de frenética búsqueda, ni puede ser enteramente culpa suya chocar con personajes tan tempestuosos como Penny y Osborn.