También había quien decía verlo reflejado en las canaletas del agua y así se lo indicaban a los pequeños.
Actualmente, en algunas ciudades o pueblos se organiza un pasacalle con un cabezudo representando al hombre de las narices.
En los pueblos más pequeños, se decía que aparecía en la iglesia para beberse la pila de agua bendita.
Esta leyenda era conocida en diversas partes de la Comunidad Valenciana: Játiva,[3] Gandía, Algemesí, Bocairente, Morella, Onteniente.
[4]Sumándose a estas tradiciones, se encuentra la de Arnedo, en La Rioja, que también alimentaba la leyenda del hombre con tantas narices como días tiene el año.