Un holocausto es, en el ámbito religioso, el sacrificio de animales, cuyo cuerpo es completamente consumido por el fuego como ofrenda a las divinidades (a diferencia de otros sacrificios como el moirocausto, en el que una parte de la víctima es quemada y otra parte consumida como alimento).
[1] Esta palabra española proviene del griego ὁλόκαυστον [holókauston], de ὁλον [ólon] ‘completo’; y καυστον [káuston] ‘quemado’.
En algunos de los sacrificios judíos especificados por la Torá, la ofrenda se quemaba completamente.
Estas ofrendas se conocen en hebreo como oláh, término que significa ‘ascendente’.
Actualmente algunas traducciones de la Biblia recogen aquella palabra como «holocausto»; otras la traducen como «ofrenda ígnea».