Prestó más atención a Hannover y se rodeó de alemanes, convirtiéndolo en un rey impopular.
Las facciones jacobitas que buscaban una restauración de Stuart se mantuvieron fuertes; ellos instigaron una revuelta en 1715-1716.
Jorge II (1727-1760) mejoró la estabilidad del sistema constitucional, con un gobierno dirigido por Robert Walpole durante 1730 hasta 1742.
No obstante, los grupos sociales se vieron influidos por dicha revolución de forma desigual.
Su papel político sigue siendo predominante, aunque ya no tienen el monopolio del poder debido a las reformas legales introducidas por la Cámara de los Comunes.
La alta burguesía era un grupo muy restringido de grandes banqueros e importantes comerciantes y empresarios.
Intentaron emparentarse con la alta aristocracia bien copiando hábitos de vida cotidiana, o bien mediante lazos matrimoniales.
Grupo emprendedor que exige derechos de mayor representación política, es la base social del Partido liberal.
Los trabajadores rurales se ven perjudicados por los contratos precarios que trae la revolución agrícola.
Empiezan a sufrir por vez primera la tiranía del reloj, que les impone una vida monótona y con largas jornadas de trabajo.
Los británicos pudieron dedicar pocos recursos al conflicto hasta la caída de Napoleón en 1814.
Ese año se intensificó el esfuerzo bélico y se consiguieron algunos éxitos, como el incendio de Washington, pero muchas voces influyentes, como la del duque de Wellington, sostenían que era imposible una victoria absoluta sobre Estados Unidos.
El principal resultado fue la derrota permanente de los aliados indios con los que contaban los británicos.
Reino Unido emergió de las guerras napoleónicas, un país muy diferente al que había sido en 1793.
A medida que avanzaba la industrialización, la sociedad cambió, volviéndose más urbana.
[6] La primera Ley de Reforma electoral fue en 1832, y consistió en redistribuir los escaños entre los distritos electorales, para ir eliminando los burgos podridos, dando mayor representación a los condados más poblados y rebajando la de los condados con menos habitantes.
La industria transatlántica británica se vio en el ojo del huracán ante todo el mundo con el eminente fracaso de los buques insignia de la Clase Olympic; de la White Star Line: Reino Unido ingresó a la Primera Guerra Mundial con Herbert Henry Asquith del partido liberal como primer ministro.
Los británicos rescataron a su ejército en Dunkerque (así como muchos soldados franceses), dejando todo su equipo y suministros de guerra detrás.
Winston Churchill llegó al poder, prometiendo luchar contra los alemanes hasta el final.
[8] Finalmente, en 1975 se celebró el Referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en las Comunidades Europeas.
En 1982 se produjo la guerra de las Malvinas, que acabó en un victoria del Reino Unido sobre Argentina.
[9] Este ultimátum finalmente desembocó en la invasión de Irak (Operación Libertad Iraquí) en 2003.