Historia de Aragorn y Arwen

El argumento se sitúa en la Tercera y Cuarta Edad del universo ficcional de Tolkien, la Tierra Media.

Durante su canto, «Lúthien caminaba ante sus propios ojos en Rivendel»: ve a Arwen en el bosque y la llama Tinúviel, como Beren había hecho con su amada.

Él se enamora de ella, pero Elrond el medio elfo, el padre de Arwen, sabe sin que le cuenten todo lo que había pasado, y por eso le anuncia a Aragorn que «un gran destino» lo espera: o bien, ser el mayor de su linaje desde Elendil, o caer en la oscuridad y no comprometerse con otra mujer hasta que haya demostrado ser digno.

Elrond le comunica a Aragorn que solo podrá casarse con su hija cuando sea rey de Gondor y Arnor, los antiguos reinos del sur y el norte de la Tierra Media.

Así concluye la Tercera Edad y Elrond parte de la Tierra Media para no regresar.

La luz élfica desaparece de sus ojos y deja Gondor para irse a Lothlórien, ya abandonada, dado que sus gobernantes Galadriel y Celeborn se habían ido de la Tierra Media.

[8]​ El crítico menciona que tanto Aragorn como Arwen son paganos, aunque «él es notablemente virtuoso [...] sin siquiera las faltas de Théoden, y presiente su muerte como un santo [cristiano]».

[8]​ También menciona que Tolkien afirmó en una carta dirigida a un sacerdote jesuita que dejó de lado la religión en El Señor de los Anillos porque «queda absorbida en la trama y en el simbolismo».

[T 7]​ Sarah Workman considera que la relegación de la historia a un apéndice no disminuye su importancia, y cita la misma carta.

[14]​ Por su parte, Walsh encuentra interesante el descubrir por qué si bien Tolkien «relegó con reticencia» la historia a un apéndice, Peter Jackson la incluyó en la trama principal de su trilogía cinematográfica, «estratégicamente ubicada casi exactamente en la mitad».

[T 5]​[12]​ Walsh destaca el hecho de que Jackson incluye un flashforward para mostrar la visión de Elrond sobre Arwen como la viuda del rey, con la frase «No hay nada para ti aquí, solo muerte», que aparece tanto en la película de Las dos torres y El retorno del Rey.

[T 8]​ La especialista en Tolkien Christina Scull menciona que como resultado de este punto de vista centrado en los hobbits, quienes leen por primera vez estas obras pueden estar «tan sorprendidos como los hobbits cuando Arwen y su escolta llegan a Minas Tirith».

[19]​ Bowman menciona que cuando Aragorn ve por primera vez a Arwen, canta sobre Lúthien Tinúviel y la llama por ese nombre, «como si la historia [de Lúthien y Beren] hubiera aparecido ante sus ojos»,[19]​ y luego compara su vida con la de Beren: «Dirigí mis ojos hacia un tesoro no menos querido que el tesoro de Thingol que Beren alguna vez deseara».

[19]​ Para Bowman, esto diluye la línea entre la ficción y la historia, algo que a Tolkien parecía agradarle, aunque fuera «verdadera o ficticia».

[T 5]​ Rateliff también observa que esto apunta a un aspecto «bastante inusual» del libro en comparación con la fantasía moderna: está situado «en el mundo real, pero en una prehistoria imaginaria».

[20]​ Este autor también elogia y cita a Paul H. Kocher, un especialista en Literatura Inglesa: «Al final de esta épica, Tolkien inserta [...] premoniciones del futuro [de la Tierra Media], que la convierte en lo que hoy es el mundo.

El proceso de exterminación ya había comenzado en la Tercera Edad y [...] Tolkien critica duramente su clímax hoy».

Pero los elfos abandonan la Tierra Media por su cuenta el final de la Tercera Edad, así los seres humanos pueden tomar su lugar.

[16]​[23]​ Por ejemplo, el pasaje del intercambio de regalos con Galadriel en Lothlórien, cuando Aragorn se refiere a su prometida con las siguientes palabras: «Señora, conoces bien todos mis deseos y durante mucho tiempo guardaste el único tesoro que busco.

Sin embargo, no depende de ti dármelo, aunque esa fuera tu voluntad; y solo llegaré a él internándome en las tinieblas».

[23]​ John M. Bowers sacó una conclusión similar sobre este momento en su obra sobre las influencias de Geoffrey Chaucer en Tolkien.

Dado que los elfos del autor son inmortales, enfrentan la cuestión de la muerte desde un lugar ventajoso y único.

[28]​ La académica Catherine Madsen destaca la reflexión sobre la mortalidad que se ve en la «decadencia» de la Tierra Media, amenazada por seres poderosos como Morgoth y Elbereth en la Primera Edad.

Tolkien tenía fe en un plan divino para los buenos paganos anteriores al cristianismo. [ 8 ] ​ En la imagen, un grabado de Hans Burgkmair titulado Los tres buenos paganos .
Mary Bowman compara los ecos históricos ficcionales de Beren y Lúthien en la «Historia de Aragorn y Arwen» con los ecos de Lancelot y Ginebra en la historia de Paolo y Francesca . [ 19 ] ​ En la imagen, una pintura alusiva de Dante Gabriel Rossetti , de 1862.
Bowers menciona que existe una influencia de Chaucer en la obra de Tolkien, y que los relatos que hacen Aragorn y Arwen sobre sus antepasados, al igual que sucede con los peregrinos de los Cuentos de Canterbury , los hacen más profundos. [ 25 ]