Sucedió a Aníbal Magón,[1] que había muerto de peste durante el sitio de Acragante en el 406 a. C. Himilcón terminó conquistando la ciudad, capturando también Gela y Camarina, y aunque derrotó en repetidas ocasiones al ejército de Dionisio, fue debilitado por la peste y pactó una paz beneficiosa para los cartagineses.
Dionisio había vuelto a abrir las hostilidades en el 398 a. C. tomando las ciudades de Erice y Motia.
A continuación se dirigió hacia Siracusa y la asedió en el 397 a. C. Una vez más, la peste asoló las fuerzas cartaginesas y un contragolpe de Dionisio le obligó a abandonar el sitio.
[2] Himilcón pactó con Dionisio y aseguró el regreso de todos los ciudadanos cartagineses a Cartago.
[3] Aceptó toda la responsabilidad por el desastre y se dejó morir de hambre.