Hilario Cortell

No hubo ningún problema pues la propuesta de Hilario no tuvo mayor trascendencia más allá del ámbito local, aunque en lo personal le sirvió para comenzar a descubrir el potencial creativo que con el paso de los años iría plasmando en todas sus aventuras.

1982 comienza con un cambio, Dalilas pasa a llamarse Esgrima,[8]​[9]​ pero la formación sigue siendo la misma y la propuesta musical se mantiene intacta: sólidas estructuras de power pop y rock apoyando las surrealistas e ingeniosas letras que producía la mente de Cortell.

El productor Esteban Leivas les propone volver a los estudios Doublewtronics y así, en mayo del mismo año, graban las canciones Locos de la moda*, Cándida bebé, Flash, tu imagen, Desesperadas de aliento* y una nueva versión del Bella reina.

Juana la Loca es un proyecto estéticamente cuidado al detalle más nimio, donde Cortell da rienda suelta a todas sus fantasías.

Aun así, el sello sigue apostando fuerte y contrata al británico Troy Tate como productor.

Hilario Cortell y WEA rescinden de mutuo acuerdo el contrato que les unía por cinco años más.

Volver a escuchar su último legado, hoy en día, permite comprender muchos de los mensajes que en su momento pudieron pasar desapercibidos en sus letras.