Derrame pleural
Tanto la pleural visceral como la parietal tienen irrigación sanguínea dependiente de la circulación sistémica, pero difieren en el retorno venoso.[8] El trasudado se da en casos de insuficiencia cardíaca congestiva (ICC) en un 40-72%, mientras que el exudado es más frecuente en cuadros paraneumónicos (50-70%), neoplasias (42-60%) y tuberculosis (23,5%).Otras causas son la cirrosis hepática, la insuficiencia renal crónica, el síndrome nefrótico, la diálisis peritoneal.Sus signos más característicos son la matidez hídrica a la percusión y la disminución tanto del murmullo vesicular como de las vibraciones vocales.Las causas que producen el exudado pueden tener diversos orígenes: En su clínica, predominan dolor, tos, disnea, cianosis, fiebre y arritmias.Otros síntomas están en gran medida determinados por la enfermedad base que provoca el derrame, siendo la más común la insuficiencia cardíaca.Dependiendo de la causa del derrame, pueden darse síntomas como fiebre, tos o malestar general.Es de gran relevancia también la toracocentesis, que permite analizar el líquido, realizando citología, antibiogramas y la bioquímica.Si el diagnóstico no es concluyente, se puede recurrir a la realización de una biopsia transparietal o por toracoscopía, e incluso la toracotomía.Su realización nos permite analizar el líquido: El derrame se hace visible en la radiografía cuando es mayor de 75 ml, puede aparecer libre o loculado.Los casos de derrame pleural causado por enfermedad maligna deben ser tratados con quimioterapia o radioterapia.