Para Guido, esto era el primer paso esencial para la pedagogía musical y para que el cantante pudiese asociar con distancias espaciales las divisiones interválicas.
La mano guidoniana representa el sistema de hexacordos y solmisación, una pedagogía renovada por Guido.
Como ejemplo, Guido utilizó Ut queant laxis, himno a Juan el Bautista cuya letra se compone de 6 pequeñas frases que comienzan con notas diferentes.
Se cantaban con la primera sílaba de cada frase del himno: Ut, re, mi, fa, sol, la.
Según el teórico Arístides Quintiliano, los tetracordios griegos ya habían sido designados con letras, pero fue Guido d’Arezzo quien, en el siglo XI, los reemplazó por los hexacordos y usó las sílabas latinas ut, re, mi, fa, sol, la, para sus seis notas, agregándose después si, para la séptima nota y reemplazándose ut por do en Italia y otros países, salvo en Francia, donde se conservó durante mucho tiempo.