Hermano Adriano
Es una figura todavía enigmática, identificable quizá con el pintor holandés Adrián León que trabajó al servicio del obispo Francisco Reinoso y en 1602 ingresó como novicio en el convento de San Roque de Córdoba, donde adoptó el nombre de Adrián de la Virgen.Francisco Pacheco, en una relación de religiosos que hicieron compatible su vocación religiosa con la pintura, hizo mención de un «Adriano, donado de los descalzos carmelitas, valiente pintor que vivió y murió en Córdoba».[3] Habría fallecido, según Palomino «en edad crecida», en 1630.También Antonio Ponz prestó atención al Calvario del hermano Adriano, que debió de gozar de cierta fama en Córdoba, destacando entre los muchos cuadros mediocres que se encontraban en el convento:Además del san Lorenzo grande, que tenía terminado, decía haber pintado un retrato del obispo para su villa natal de Autillo de Campos y un boceto o cuadro pequeño del mismo san Lorenzo.