La herencia universal o herencia básica es una propuesta para que toda la ciudadanía, al cumplir una determinada edad, reciba una dotación económica por parte del Estado.
[1] La herencia es uno de los elementos jurídicos y económicos que más contribuye a perpetuar la desigualdad.
[1][2][3] Así, desde corrientes económicas heterodoxas se ha criticado la herencia tanto desde un punto de vista histórico, debido a que la propiedad y la desigualdad en su distribución no podrían entenderse sin la acumulación originaria del capital; como desde un punto de vista ético y de justicia, en tanto que ningún ser humano tendría derecho a una mayor propiedad sobre la riqueza de la Tierra por el hecho de nacer en una u otra familia.
[6][7] La primera propuesta sobre herencia universal la hizo Thomas Paine en 1795,[8] aunque desde entonces se han propuesto medidas similares en diferentes países y momentos históricos.
[6][9] Entre las críticas a esta medida se encuentra el hecho de que se plantee como una herencia para todos los ciudadanos, sin tener en cuenta su nivel económico.