El circuito está basado en un diseño muy selectivo y sensible que ha sido usado desde los primeros días de las transmisiones inalámbricas.
Éste emplea una antena/tierra conectada a un condensador variable para ajustar la entrada al tanque paralelo que sintoniza el circuito para la mejor selectividad y un nivel de señal óptimo.
Este detector se hizo muy popular ya que llegó a ser el más sencillo y fiable existente durante muchos años para los receptores de radiodifusión.
Antes de la entrada en uso del triodo, el único detector que le hacía la competencia era el electrolítico.
Durante algún tiempo se usó conjuntamente con los triodos, ya que era muy efectivo para la recepción a cortas distancias, incluso sin emplearse una batería.