Henry Christy se formó en una escuela de la Society of Friends, al ser cuáquero.
Poco después, impulsado por lo que vio en la Gran Exposición en Londres de 1851, Christy dedicó el resto de su vida a viajes e investigaciones antropológicas y paleoantropológicas, haciendo grandes colecciones que ilustraban la temprana historia del hombre; dichas colecciones actualmente se encuentran en el Museo Británico.
Viajó por Noruega, Suecia, Dinamarca, México, Columbia Británica y otros países.
En 1856, en Cuba, Edward Burnett Tylor conoció a Henry Christy, en cuya compañía visitó México.
Su voluntad fue la de legar toda su colección arqueológica a la nación.