Henny Porten

Porten fue una de las escasas intérpretes alemanas que se inició en el cine sin tener experiencia teatral previa.

[4]​ Porten fundó en 1919 una productora cinematográfica propia, que en 1924 se fusionó con la firma de Carl Froelich.

En 1920, consiguió un gran éxito con las películas dirigidas por Ernst Lubitsch Anna Boleyn (protagonizada por Emil Jannings) y Kohlhiesels Töchter.

La actriz en un principio era escéptica con relación al cine sonoro, pero finalmente trabajó con el nuevo medio, debutando en 1930 con el Film Skandal um Eva.

[6]​ En 1944, tras ser destruida su casa por un proyectil, el matrimonio hubo de vivir en la calle al estar prohibido refugiar a un judío.

Fue con la película El amor de una joven ciega (1910), que Henny se convirtió en la primera diva del cine alemán.

[8]​ Los personajes que Henny Porten representaba en sus películas, surgían de la vida cotidiana del pueblo y permitían a los espectadores alemanes reconocer estructuras familiares para ellos.

Por ello, los círculos artísticos e intelectuales del país calificaron a la actriz como “la estrella de la gente común”.

Henny Porten fotografiada por Nicola Perscheid
Henny Porten con Oskar Messter en 1935