Hemorragia pulmonar inducida por el ejercicio

Además de estar presente en caballos aparece en otras especies como camellos, perros e inclusive el ser humano.Estudios de necropsias practicadas en caballos sangradores han permitido establecer que el lóbulo más afectado es el diafragmático; en ello, algún rol podría estar jugando el pistón visceral actuando reiterativamente sobre diafragma y su lóbulo pulmonar, en el momento que cesa la fase propulsiva del tren posterior.Otras fuentes de hemorragia en las vías respiratorias superiores, en particular la micosis del reservorio gutural y el hematoma etmoidal, deben excluirse durante el examen endoscópico.La radiografía de tórax demuestra opacidades alveolares o alveolares-intersticiales mixtas en los campos pulmonares caudodorsal; sin embargo, el examen radiográfico del tórax tiene poco impacto en el diagnóstico o manejo de hemorragia pulmonar inducida por el ejercicio.Se intentó con inhibidores de la fibrinolisis, ácido aminocaproico, coagulantes, estrógenos conjugados, citroflavonoides, vitamina C, dilatadores nasales, reposo, corticoesteroides, agentes antihipertensivos, inhibidores de la fosfodiestiaraza, broncodilatadores y diuréticos osmóticos, todos con resultados poco positivos.