Consiste en acúmulos de células endoteliales en dermis o en tejido subcutáneo (a veces en ambos).
Se diferencia del hemangioma cavernoso por una disposición más superficial y una mayor proliferación endotelial.
Aparece como una mancha roja durante los primeros meses de vida del lactante.
Puede ir creciendo durante el primer año de vida.
Normalmente no deja marcas ni cicatrices, aunque a veces puede apreciarse una zona de atrofia residual con tendencia a la despigmentación.