Durante los años, Hellblazer se caracterizó por sus magníficas y sugerentes portadas, realizadas por algunos de los mejores artistas del medio.
Ver también: John Constantine Hellblazer se desarrollaba en un mundo contemporáneo, aunque plagado por la magia y por conflictos sobrenaturales que acechaban en un segundo plano.
En su carrera hacia el éxito como nigromante, Constantine ha sacrificado a humanos y criaturas míticas, cuyos espíritus le atormentan continuamente.
& Quinch para la revista británica 2000 AD, un título que el creador de John Constantine, Alan Moore, había creado y popularizado, Delano fue seleccionado para empezar Hellblazer en 1987 a iniciativa de Moore por la editora Karen Berger entre varios pretendientes, entre ellos un jovencísimo Neil Gaiman.
Los portadistas habituales durante esta etapa fueron Dave McKean y Kent Williams, cuyos estilos oscuros e hiperrealistas ayudaron a definir la estética de la colección.
Ennis también imprimiría un fuerte componente religioso: La némesis de John en esta etapa fue el Primero de los Caídos, y algunas líneas argumentales, como la relación entre un ángel, Tali, y un demonio súcubo, Ellie, serían reutilizadas por el propio Ennis como un elemento esencial en Predicador, uno de sus trabajos más populares (con la que su Hellblazer comparte su nihilista sentido del humor, su violencia descarnada, su descreimiento religioso y su componente fundamentalmente humanista).
Se pretendía que continuase la estela de Delano, Ennis y Jenkins, convirtiéndose en el guionista principal del título durante varios años.
También aprovechó la historia para hacer una loa al Londres oculto, así como para otorgar un aire melancólico y revisionista a John Constantine, que sería aprovechado (junto a varios personajes secundarios creados por Ellis, como Mapa, Clarice, Albert o Watford) por Mike Carey en su etapa posterior.
Según Ellis, Karen Berger (redactora jefe de Vertigo por aquel entonces) quería que la historia se publicase, e intentó presionar para ello.
[11] En cualquier caso, Ellis había perdido todo interés en continuar en la colección bajo esas circunstancias, lo que le llevó a presentar su dimisión.
Tras un breve interludio del guionista croata Darko Macan,[106] Brian Azzarello empezó a escribir la serie en el número 146, una vez más gracias al éxito de su propia colección para Vertigo, 100 Balas.
[122] Otra influencia palpable es Neil Gaiman, cuya concepción de la fantasía gótica puede percibirse en historias como “Se lleva en los huesos”.
Diggle realizó además un ataque despiadado contra la Iglesia católica, particularmente en la historia "La mortificación de la carne".
Bajo su calloso exterior, la ironía calculada y la actitud de mierda, ¿no quiere Constantine hacer del mundo un lugar mejor?
Es un adicto a la adrenalina, incapaz de dejar una piedra sin darle la vuelta para ver lo que se arrastra por debajo.
Milligan sería el encargado de finalizar Hellblazer en su número 300[2], una conclusión que resultó polémica entre los aficionados.
[168] Milligan, en una entrevista en 2012, expresó su punto de vista distintivo sobre el personaje, que marcaría su etapa: "Hellblazer ha estado en la cama con muchos escritores.
[190] Jesse Schedeen, en una reseña publicada en IGN, alabó la calidad general del número, pero juzgó su final "innecesariamente vago e incluso frustrante".
Milligan, por su parte, no ha ofrecido ninguna explicación adicional sobre el destino de John Constantine tras la publicación del número.
Esta tendencia fue continuada, en mayor o menor medida, por muchos de los guionistas que le sucedieron en la serie: Garth Ennis, en su etapa en Hellblazer (1991-1994), si bien disminuyó hasta cierto punto la carga política de Delano, basó arcos argumentales enteros en cuestiones ideológicas que más tarde también mostraría en Predicador, como el racismo y el fanatismo religioso.
En muchos arcos narrativos, cada victoria de Constantine tenía un efecto negativo que llevaba a la tragedia.
En una industria del cómic dominada por personajes americanos (lo cual no tiene nada de malo en sí mismo), Constantine era desvergonzadamente británico.
Al respecto, la periodista Helen Braithwaite dijo: "Su visión del personaje de John Constantine nunca ha sido igualada.
Añadió que “su escritura evoca un increíble sentido de lo ominoso y del terror en el lector”.
[34] En paralelo, Planeta seguiría publicando tomos recopilatorios en rústica que continuaban la serie donde la abandonó Norma (a partir del número 181 de la colección americana[129]).
[201][231] En 2015, ECC emprendió un ambicioso proyecto editorial consistente en publicar sistemáticamente todo Hellblazer, incluyendo sus miniseries, especiales y novelas gráficas asociados, en una larga colección de tomos en formato cartoné, clasificados por autor, más un número adicional con diversos spin-offs, así como The Sandman presenta: La calle del amor[225] y la adaptación al cómic de la película Constantine[228] (aunque estas dos obras no pueden considerarse propiamente como spin-offs de Hellblazer).
Esta circunstancia implicó cambios importantes en el personaje, muy contestados por los aficionados, que resultaron en un Constantine claramente dirigido a un público más juvenil.
Guillermo del Toro estuvo durante largo tiempo vinculado al proyecto, que se integrará en el Universo cinematográfico DC.
Sin embargo, problemas de agenda con el rodaje de Pacific Rim: Uprising (que finalmente también acabaría abandonando para realizar la multipremiada La forma del agua) llevaron a Del Toro a abandonar la película,[241] siendo sustituido por Doug Liman.
Ver también: Constantine (serie de televisión) En 2014, el canal NBC lanzó una serie de televisión del personaje, protagonizada por Matt Ryan, Lucy Griffiths, Harold Perrineau, Charles Halford, Angélica Celaya, Sir Maejor, Miles Anderson y Julia Lehman.