Helheim o Hel es conocido como el reino de la muerte y se encuentra en la parte más profunda, oscura y lúgubre del Niflheim, uno de los nueve mundos del Yggdrasil, en la mitología nórdica.
[1][2] Está gobernado por Hela, Diosa de la muerte, e hija de Loki, y su entrada es custodiada por un perro conocido como Garm.
Helheim y Niflheim suelen relacionarse como el mismo mundo, pero esto no es así: Niflheim es el reino del frío, el hielo y la oscuridad, principalmente, y, aunque también son propias en él, la muerte y la perdición, donde se dan estas dos últimas específicamente es en Helheim, la capital de la muerte (por decirlo de alguna manera).
En este mundo terminaban los que habían muerto por enfermedad o vejez, y una vez se entraba en él ni siquiera los dioses podían salir, a causa del interminable, inagotable e intransitable río Gjöll, que lo rodeaba.
Las paredes están cubiertas con serpientes que miran todas hacia adentro, escupen sin parar veneno así que esto fluye en torrenciales por la sala y llena todo con vapores venenosos.