Ohain usó el dinero para invertir en su interés real, la turbina de gas.
En 1934 von Ohain contrató a su mecánico, Max Hahn, para construir un prototipo de su concepto.
Sin embargo, tuvo éxito y despertó el interés de su profesor, Robert Pohl.
Mucho más contentos con los resultados, decidieron producir un motor completamente nuevo que incorporara todos estos cambios y funcionara con gas hidrógeno.
Mientras tanto, Hahn trabajó en el problema de la combustión, un área en la que tenía cierta experiencia.