Dicho artículo fue citado por William Clark,[1] Immanuel Wallerstein del Fernand Braudel Center,[2] Greg Moses[3] y James Robertson.
[5] Con anterioridad al dólar estadounidense, se utilizaba la libra esterlina como moneda de referencia a nivel internacional.
[6] En esas condiciones se define el uso del dólar a nivel global, siempre que su valor estuviese respaldado en oro.
[7][8] Por lo cual el dólar ya no se respalda en el oro, sino exclusivamente en la confianza que le otorga la sociedad, consolidándose a partir de allí su carácter pleno como moneda fiduciaria.
China, como potencia económica global, se convierte en el principal acreedor de EE.
La hegemonía del dólar le da a Estados Unidos una posición ventajosa en el plano internacional, ya que le permite tener frecuentemente déficits presupuestarios, incurriendo en gastos extraordinarios que son cubiertos con la emisión de moneda.
[9] En Ecuador, tras varias crisis inflacionarias, se ha realizado en 1999 un reemplazo total de su moneda nacional por el dólar, es decir, una dolarización.
A pesar del elevado costo social, no se logró evitar la constante fuga de divisas.
A partir de la misma, se rompió la paridad entre ambas monedas, y continuó la mencionada avidez por el dólar, que ha retroalimentado los problemas inflacionarios del país.
[12] BRICS posee a 2014 un producto bruto interno (PBI) combinado que casi duplica al de Estados Unidos.
[16] Durante los Acuerdos de Bretton Woods, el economista John Maynard Keynes propone instaurar una divisa internacional, el Bancor.
Inicialmente el valor de esta nueva unidad monetaria sería establecido en relación con 30 mercancías básicas o commodities.
Por otra parte, el valor del resto de las monedas nacionales serían establecidas en relación con el dólar.
En el año 1969, el Fondo Monetario Internacional instrumenta los llamados Derechos Especiales de Giro (DEG o SDR, por su significado en inglés), que representan una moneda global respaldada inicialmente por cinco divisas nacionales: el dólar estadounidense, la libra esterlina, el yen japonés, el marco alemán y el franco francés.
[23][24] Esta iniciativa era rechazada tanto por Estados Unidos como por la Unión Europea, y habría sido una de las razones que motivaron la intervención militar llevada a cabo en ese entonces.
Ahora bien, en la medida en la que haya quien les atribuya valor, puede funcionar como reserva de este, eso sí, solo entre los jugadores.
Sin embargo, todas las criptomonedas son acaparables y racionables por sus creadores o divisibles infinitesimalmente, por lo que la hipotética escasez queda diluida.