Heinkel He 219

Aunque unos centenares de aviones entraron en servicio y golpearon con dureza a la RAF, el impacto inicial del He 219 no tuvo transcendencia sobre el curso de la guerra.

A ello se sumaba su complejidad tecnológica (radar, sistemas de navegación nocturna, asientos eyectables y armamento con mando a distancia entre otros), más un elevado costo de producción.

Tales circunstancias, sumadas a factores burocráticos, limitaron el número de unidades producidas.

Este era un diseño avanzado con una carlinga presurizada, asientos eyectables gemelos (el primer avión de combate que iba a utilizarlos), tren de aterrizaje tipo triciclo (también fue el primer avión operacional de la Luftwaffe en usarlo) y armamento defensivo con mando a distancia similar a los usados por Messerschmitt Me 210.

Ernst Heinkel estaba furioso y despidió a Lusser de inmediato.

Al mismo tiempo que Lusser diseñaba el P.1055, Kammhuber había comenzado a buscar rápidamente un avión específico para su cada vez mayor Fuerza de Cazas Nocturnos (Nachtjagd).

Cuando Kammhuber vio que era el prototipo número diecinueve, decidió inmediatamente empezar la producción, pasando por encima de las objeciones de Milch, que había rechazado el proyecto del avión en enero.

Pero este éxito inicial tuvo su cuota de sacrificio, puesto que el piloto, al regresar a su base se estrelló.

Este avión caza era idóneo, dando a los pilotos un alto grado de autonomía.

Las prestaciones del A-5 no eran significativas (cerca de 580 km/h o 360 mph) pero eran suficientes para sobrepasar en prestaciones a los aviones Messerschmitt Bf 110 y Junkers Ju 88 G que podían perseguir varios bombarderos por salida.

Para combatir al Mosquito, se utilizaba una versión aligerada con algunos sistemas de armamento y comunicaciones suprimidos.

Debido a la indolencia política, la miopía técnica del RLM (a pesar de la insistencia de los oficiales de la Luftwaffe para continuar y aumentar su producción) y las tensas relaciones, originadas en parte por problemas con algunos proyectos aeronáuticos como el ocurrido con el bombardero Heinkel He 177 Greiff, entre Heinkel y el mariscal del Reich Milch, su producción se detendría en 268 ejemplares y correspondería únicamente a la variante A.

Con un número muy reducido de aviones en producción, es sorprendente que algunos sobreviviesen a la guerra.

El fuselaje ha sido expuesto recientemente en la exhibición en el centro Udvar-Hazy del aeropuerto de Dulles, cerca de un avión Dornier Do 335 y un Arado Ar 234, aparatos que le acompañaron en la travesía del Atlántico hace 60 años.

Fuselaje de un Heinkel He 219 exhibido en el Centro Steven F. Udvar-Hazy (una extensión del NASM ubicada en Dulles , Virginia ).