Como lema optaron por una línea del poema de Yaakov Cohen, "Habiryonim": "A sangre y fuego Judea cayó, a sangre y fuego Judea se levantará otra vez".
Los primeros "shomrim" (guardias), trabajaron a pie, pero pronto adquirieron caballos, lo que aumentó enormemente su eficacia.
El "shibriyeh"[1] (daga árabe) y el "nabut" (garrote o maza) eran llevados por todos.
Durante la Primera Guerra Mundial la organización sufrió el acoso por parte de la dominación otomana.
Sus miembros, sin embargo, mantuvieron el contacto e hicieron una importante contribución a la defensa del yishuv.