Fue la única mujer invitada a unirse al Consejo General de la Primera Internacional, donde debatió con prominentes comunistas, entre ellos Karl Marx y Friedrich Engels.
[1] A partir de 1859 Harriet Law percibió un salario como conferenciante del movimiento secular.
[4] Habló en contra del cristianismos en mítines por todo el país en las décadas de 1860 y 1870.
A menudo resultaba difícil encontrar locales que alquilar para estos mítines, y con frecuencia el público era hostil e incluso se mostraba violento.
[3] En septiembre de 1866, mientras se encontraba dando una serie de conferencias en Keighley (Yorkshire), tuvo que enfrentarse con Henry Grattan Guinness (perteneciente a la familia cervecera), un evangelista inconformista que daba conferencias al mismo tiempo para contrarrestar su influencia.
[7] Otros oponentes despreciaron sus opiniones por desautorizadas, ya que Law pertenecía a la clase baja, adolecía de una escasa educación y era mujer.
Mill», «El difunto Robert Owen: Tributo a su memoria» y «Llamada a que las mujeres consideren sus intereses respecto al factor social, político y teológico de los tiempos».
[9] En sus giras de conferencias por provincias, Harriet Law no representaba al liderazgo del movimiento, sino que actuaba como oradora independiente en las reuniones de las sociedades laicistas locales.
Después, fundó la British Secular Union con George Holyoake y Charles Watts, que se mantuvo activa hasta 1884.
Respondiendo a las preguntas sobre su ausencia, Friedrich Engels dijo que según ella misma, se seguía considerando miembro de la directiva, y de hecho fue una de las firmantes del folleto «The Fictitious Splits in the International», en el que Marx y Engels se oponían a Mijaíl Bakunin y sus seguidores.
Las mujeres internacionalistas de Ginebra estaban en contra del «salario familiar», concepto defendido en Estados Unidos por marxistas como Friedrich Sorge, y querían que la AIT exigiera en los acuerdos laborales cláusulas que garantizaran «retribuciones igualitarias» para las mujeres.
[1] Amplió el campo de acción del diario con secciones sobre ateísmo, derechos femeninos, cooperativismo y republicanismo.
[16] Harriet Law traspasó el Secular Chronicle a finales de 1878, ya que durante los tres años que lo había dirigido, el periódico perdió 1000 £, una considerable cantidad para la época.
[12] Sobre la educación, dijo: «Las propiedades de la Iglesia deben secularizarse y dedicarse a escuelas.
Estaba en favor de un sistema comunista donde una directiva distribuyera el trabajo según las necesidades.
Esta era la única forma de asegurar el derecho al trabajo y obtener su valor real.