Desde que tenía dos años, Hanna ha sido entrenada por su padre para llegar a ser una perfecta asesina.
Debido a lo lejos que estaban de la civilización, Hanna nunca ha conocido la cultura ni la tecnología moderna.
Una noche, Hanna le dice a su padre que ya está «lista», y él le da una caja que contiene un transmisor, el cual alertará al mundo exterior de la presencia de su hija.
Con él, Hanna envía una señal con su localización a Marissa Wiegler (Cate Blanchett), una oficial de la CIA.
La joven pide hablar con Wiegler, pero esta, al sospechar sobre las intenciones de Hanna, decide enviar a una doble (Michelle Dockery) en su lugar.
En ese momento, Hanna mata a la doble creyendo que es la verdadera Wiegler y huye del centro de seguridad, tras robar una prueba médica sobre su ADN.
Durante estos días, Hanna descubre cosas ajenas por completo a su duro entrenamiento hasta entonces, como la música, el concepto de familia y las relaciones con otros jóvenes.
Sin embargo ella, visiblemente afectada por la noticia, decide huir y entonces se produce un forcejeo entre ambos.