Hang Tuah se convirtió en el fiel ayudante del Sultán acompañándolo en visitas oficiales a países extranjeros.
En una de esas visitas, un guerrero majapahit, Taming Sari, le reta a un duelo.
Tras una encarnizada lucha, Hang Tuah es vencedor y recibe el kris del vencido como premio.
Esta daga tiene poderes mágicos y le proporciona habilidades supernaturales a su portador Hang Tuah hizo las veces de embajador para el sultán.
Hang Jebat, su mejor amigo, furioso por la injusticia, creó una revuelta contra el Sultán y prometió matarle.