Por ejemplo, Goetz menciona que le pidió ayuda para sostener una jirafa mientras él la operaba.
Muy pronto se vio involucrado en procedimientos quirúrgicos en el laboratorio, incluyendo suturas y analgésicos, así como cuidados después de la operación.
A pesar de su carencia de estudios formales, su técnica y capacidad fueron reconocidas, y recibió un permiso especial para continuar la investigación en los laboratorios con animales, incluyendo trasplantes, aunque nunca pudo ser reconocido ni trabajar como médico con humanos.
Asistió a los cirujanos jóvenes en sus entrenamientos en el laboratorio animal, donde éstos realizaban investigaciones en trasplante de riñones, corazón, e hígado, para obtener experiencia.
Sin embargo, varias fuentes[1][2] indican que no fue así, sin dejar de reconocer su contribución y su excepcional carácter.