[4] Mientras cazaba un día, un hombre llamado Ameta encontró un coco, algo nunca antes visto en Seram, que había sido atrapado en el colmillo de un jabalí.
Esa noche, una figura apareció en un sueño y le instruyó que plantara el coco.
En este baile, era tradicional que las niñas distribuyeran nueces de areca a los hombres.
Hainuwele lo hizo, pero cuando los hombres le pidieron nueces de areca, ella les dio en su lugar las cosas valiosas que pudo excretar.
Así Hainuwele fue enterrada viva, mientras los hombres seguían bailando sobre la tierra pisoteándola firmemente hacia abajo.
Estas piezas se convirtieron en varias nuevas plantas útiles, incluidos los tubérculos, dando origen a los principales alimentos que el pueblo de Indonesia ha disfrutado desde entonces.
[6] Ameta trajo los brazos cortados de Hainuwele a la mulua Satene, la deidad gobernante sobre los humanos.
Con ellos, ella le construyó una puerta en forma de espiral por la que todos los hombres debían pasar.
Aquellos que no podían pasar a través del umbral se convirtieron en nuevos tipos de animales o fantasmas.
La propia Satene dejó la Tierra y se convirtió en gobernante sobre el reino de los muertos.
Él asume que se remonta a la revolución neolítica en la historia temprana de la humanidad.
Además, estos supuestos paralelos no están respaldados por datos arqueológicos o empíricos.
[11] Actualmente la interpretación del mito Hainuwele pone más énfasis en los aspectos antropológicos sociales.
La extraña forma en que se presentaron los regalos materiales señala la realidad de que todos los objetos enumerados en el mito eran extranjeros, no producidos en Seram y, por lo tanto, no estaban disponibles en la isla antes del siglo XVI.
Curiosamente, la distribución incluye no solo sitios portuarios costeros (como Hitu e Hitu Lama en Ambon; o Serapi cerca de Hatusua en Seram), sino también sitios remotos del interior y las tierras altas.
Las cuentas, por ejemplo, son artículos culturalmente valiosos que todavía están en circulación hoy en día.
Sin embargo, muchos otros artículos eran muy importantes, como perlas, conchas de perla, bosques aromáticos, plumas de aves del paraíso, etc., así como muchos alimentos como sagú (Metroxolyn sagu), kenari (Canarium spp.