Hafsa bint al-Hayy al-Rakuniyya
Esta relación dio lugar a un intenso intercambio de poemas amorosos entre los dos amantes, los cuales se han conservado hasta nuestros días.Su situación se complica en el año 1156, en que llega a Granada Abu Saíd Utman, gobernador almohade, hijo del califa Abd al-Mumin, quien cae perdidamente enamorado de la poetisa.Debido al conflictivo triángulo amoroso, Abu Yafar, quien había sido amigo y secretario del príncipe Abu Saíd, tomó a éste como objeto de sus poemas satíricos, y terminó tomando parte en una rebelión política contra el gobernador, dando lugar a su encarcelamiento y, finalmente, a su crucifixión en el año 1163, en Málaga.Sumida en su tristeza, se retira de la Corte, abandonando la poesía y consagrándose en exclusiva a la enseñanza.Ibn al-Khatib ha dicho de ella: «La granadina ha sido única en su tiempo por su belleza, su elegancia y su cultura literaria».