Hadj Mohammed Mesfewi

Bajo el suelo de la tienda se encontró una fosa profunda que contenía los restos de 20 cadáveres mutilados, a los que se sumaron otros 16 cadáveres enterrados en el jardín.Debido a las protestas internacionales por la extrema dureza del castigo, las autoridades marroquíes se decantaron por la decapitación como una alternativa menos cruenta.[6]​ Sin embargo, la opinión pública de Marrakech reclamaba que Mesfewi pagase sus delitos con su sufrimiento.Por ello, durante cuatro semanas, lo sacaron todos los días a la plaza del mercado para castigarlo públicamente, propinándole diez azotes con una vara de acacia espinosa antes de devolverlo a su celda.Cada vez que Mesfewi gritaba dentro de la celda, la multitud le respondía con gritos de júbilo, hasta que al tercer día cesaron sus lamentos y lo dieron por muerto.