Al año siguiente llega a Estudiantes de La Plata en la Primera División, no contando con una gran regularidad, anotando nueve tantos.En el segundo año vuelve a quedar en el top de goleadores, al quedar nuevamente como máximo goleador del equipo y tercero a nivel nacional con 23 tantos.En 1964 llega a Rangers de Talca, donde se convierte en figura por su capacidad goleadora, anotando en su primer año un total de 19 goles por el club rojinegro, armando una gran dupla con el otro delantero rangerino Juan Soto.Era destacado por su olfato goleador, su buena capacidad para cabecear y para controlar el balón en velocidad, lo que aprovechaba para traspasar las líneas defensivas de los contrincantes.Compartió equipo con importantes ídolos del club, entre ellos Juan Soto, Iván Azócar y otros.