Gustavo Serena

En estos estudios romanos fue intérprete y director de muchas películas, sobre todo Assunta Spina, en la cual actuaba la diva Francesca Bertini.

Serena también trabajó con otras importantes actrices de la época, entre ellas Olga Benetti, Leda Gys, Tilde Kassay y Anna Fougez.

Otras importantes actuaciones suyas tuvieron lugar en La signora dalle camelie (1915), Fedora (1916), Il processo Clémenceau (1917), Tosca (1918) y Dora o le spie (1919).

En 1929 volvió a trabajar en la dirección con el film Zappatore, dirigiendo su última película y única sonora, Zaganella e il cavaliere, en 1932, cinta de escaso relieve.

Volvió al cine en 1949, aunque haciendo papeles marginales como extra o actor de carácter, participando en filmes como I soliti ignoti (1958) y Don Camillo monsignore ma non troppo (1961).