Fue un gobernador muy popular y su muerte fue acogida por un gran duelo colectivo.
Habiéndose retirado de sus encargos políticos y militares, en 1881 fue elegido senador de la república por Yucatán.
Durante su gestión se realizaron diversas obras materiales, como calles de la ciudad de Mérida, ramales del ferrocarril, líneas telegráficas.
El clima de paz y de tranquilidad que se vivió en Yucatán durante esa época y su carisma personal, lo hicieron un gobernador estimado por la sociedad.
Fue sustituido por Juan Pío Manzano quien era el vicegobernador del estado.