Una vez terminado su noviciado, fue nombrado profesor en Rennes.
Editó las obras de Jacques de Tourreil (1656–1714) y redactó disertaciones sobre las Cárites, las Hespérides, las Gorgonas y los Juramentos antiguos; estos trabajos fueron posteriormente discutidos por los autores de la Encyclopédie y citados por Edward Gibbon.
En este último libro distingue entre tres artes: las "que tienden a educar el espíritu" (oratoria, poesía, historia y gramática); "las que pretenden una relajación y placer virtuoso" (pintura, escultura, música y danza), y "las que son más necesarias para la vida" (agricultura, navegación, arquitectura).
Sin embargo, se lo recuerda sobre todo por su Caffaeum, un largo poema en latín que imita a Virgilio y la Faba Arabica (1696) de Thomas-Bernard Fellon, también autor de un poema latino sobre el café.
Explica cómo "el dulce brebaje debe ser cocido y bebido con arte", ya que "Apolo" -dice Massieu- "creó esta poción para curar la pereza de los poetas y dar alguna fuerza a quienes tienen la labor de nutrir los espíritus de palabras divinas e inspirar miedo en la mente de los pecadores"; los bebedores de café deben ser bendecidos: "ninguna muelle letargia perturba su seno".