Le Gentil pensó en ingresar en una orden religiosa, pero finalmente se dedicó a la astronomía.
El tránsito de Venus es un fenómeno astronómico poco frecuente, que permite determinar con bastante precisión la distancia Tierra-Sol,[1][2][3] dato fundamental para numerosos trabajos astronómicos que en aquella época todavía no se conocía con exactitud.
El siguiente tránsito de Venus solo tendría lugar 8 años más tarde.
Llegó allí en marzo de 1768, donde construyó un pequeño observatorio, y esperó pacientemente.
Finalmente, después de tantas peripecias, y tras once años y medio, llegó a Francia en octubre de 1771, solo para descubrir que había sido declarado legalmente muerto.