La primera guía española fue María Abrisqueta de Zulueta, quien hizo su promesa en San Sebastián como guía aislada de Inglaterra en 1929, cuando tenía 18 años.
El guidismo no se extendió entonces con rapidez por lo avanzado de sus actividades (excursiones, campamentos, viajes) con relación a la época.
Con el tiempo se constató que el acuerdo que dio lugar a la Federación Guías de España no respondía a las necesidades de las diferentes organizaciones.
Este comité representa oficialmente a España en el exterior.
En aquel año, en España existían dos asociaciones guías reconocidas por la Oficina Mundial: El Guiatge Catalá integrado por: Germanor de Noies Guies, Guies de Sant Jordi, Girl i Boy Scouts de Cataluña y Noies i Nois Escoltes y la Asociación Guías de España.