Los líderes de las bandas encarcelados siguen dirigiendo sus organizaciones y ordenando asesinatos.El gasto en seguridad penitenciaria también se ha dividido por tres entre 2017 y 2021, mientras que la población reclusa aumenta.[7] Este conflicto escaló a niveles bélicos tras confirmarse la presunta fuga de dos líderes de organizaciones criminales, José Adolfo Macías, alias «Fito» y Fabricio Colón Pico, que aún siguen en paradero desconocido.[14] El grupo especial de la policía conocido como GOE, logró un rescate exitoso, capturando a los 13 secuestradores.También en el mismo sector, una estudiante de secundaria resultó gravemente herida y trasladada al Hospital Ceibos.[23][24] Al siguiente día, el 10 de enero, los militares localizaron y bombardearon un refugio perteneciente a bandas narco delictivas.[25] En Quito, a las 15:00, los funcionarios del Palacio de Carondelet, en el centro histórico, y otras instituciones del Estado, fueron evacuados por seguridad, mientras que todo tipo de negocios cerraron sus actividades comerciales.En la proximidad del Obelisco de la Vicentina fue depositado un artefacto explosivo, el cual fue desactivado.También se informó que el sistema de restricción vehicular denominado «pico y placa» fue suspendido hasta nuevo aviso [26] En las carreteras se detonó coches con artefactos explosivos creando un caos en la ciudad.[31] El sábado 13 de enero fueron liberados en Pasaje dos policías que fueron secuestrados por grupo terroristas, mientras se encontraban en su Cuartel.[32] En las cárceles de cinco provincias —Turi (Azuay), Cañar, Napo, Ambato (Tungurahua) y Latacunga (Cotopaxi)—, los reos pertenecientes a bandas criminales capturaron y secuestraron a los guías penitenciarios.Todos estas tragedias se dieron en plena Semana Santa, lo cual, fue un factor determinante para que ciertos rituales casi fuesen suspendidos y que contasen con un número de fieles menor al esperado en el primer año oficial de postpandemia.El presidente de la República, Daniel Noboa, declaró en un decreto la existencia de un «conflicto armado interno» en el país y ordenó a las Fuerzas Armadas ejecutar operaciones militares para neutralizar a estos grupos, a los cuales identificó como grupos del crimen organizado trasnacional como «organizaciones terroristas y actores no estatales beligerantes».[49] El Metro de Quito se halla en operaciones, pero mantiene solamente un acceso abierto en cada estación.La estación San Francisco estuvo cerrada cerca de las 17:20 debido a los disturbios en el centro histórico.[51] Organizaciones civiles, políticas y religiosas, como la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador y la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, han realizado llamados a la «unidad nacional» que permita superar la «situación de violencia sin precedentes provocada por el crimen organizado, el Gobierno nacional debe actuar con el marco legal vigente», enfatizando en que el Estado no debe usar esta crisis «como excusa para aprobar leyes o políticas antipopulares que afecten a la mayoría de la población».