MINUSCA (Desde 2014) Ruanda (desde 2020) Rusia (desde 2018) República de Logone PRNC Ejército de Resistencia del Señor Grupos disueltos: La segunda guerra civil centroafricana es un conflicto entre la coalición rebelde Seleka y el Ejército Gubernamental.
Las fuerzas rebeldes han capturado muchas de las mayores ciudades en las regiones central y oriental del país.
Sin embargo, en 2007 se llegó a un acuerdo de paz entre el Gobierno y la UFDR que comprendía una amnistía para sus miembros, su legalización como partido político y la integración de sus combatientes en el Ejército.
[2] En el día 23, los rebeldes logran entrar a la capital tras intensos combates en los barrios aledaños al Palacio de Gobierno.
[3] La Unión Africana decidió suspender al país a raíz del quiebre institucional.
En marzo de 2022 lanzaron una gran ofensiva contra grupos armados en el norte del país, durante la cual habrían asesinado a cientos de civiles, en su mayoría mineros artesanales.
[34] Por otra parte las tropas españolas han intervenido ayudando en misión de adiestramiento a las fuerzas gubernamentales pero han sufrido ataques, en cambio las fuerzas francesas que intervienen directamente en el conflicto han sufrido bajas fatales de tres soldados franceses muertos y 120 heridos.
[35][36][37][38] Por su parte se ha registrado que el saldo de bajas españolas es de un efectivo militar herido condecorado con una medalla al igual que otro militar español también condecorado e involucrado también en otro ataque, ambos soldados atacados en Bangui.
Si bien las comparaciones a menudo se plantearon como el "próximo Ruanda", otros[42] sugirieron que el Genocidio bosnio puede ser más adecuado ya que la gente se estaba mudando a vecindarios limpiados religiosamente.
Incluso mientras Séléka se acercaba a la capital, comenzaron los enfrentamientos en el barrio PK5 de Bangui, donde fueron atacados miembros de grupos étnicos vinculados a Séléka, como los Gula.
[47] Se informó que muchos de estos linchamientos incluian la presencia de soldados uniformados, que apedreaban a musulmanes para posteriormente descuartizar y quemar sus cuerpos en las calles.
UU. ante las Naciones Unidas, dijo que 417 de las 436 mezquitas del país habían sido destruidas y que las mujeres musulmanas tenían tanto miedo de salir en público que daban a luz en sus casas en lugar de ir al hospital.