Mediante una arretera local enlaza con la nacional N-121, Pamplona-Tudela y por otra con la N-240, Pamplona-Huesca.
Fue lugar de señorío hasta comienzos del siglo XIX y por tanto tuvo administración peculiar en algunos aspectos.
En 1847 se escribía que el lugar tenía siete casas miserables y de mala construcción, excepto la abacial y que había un antiguo y magnífico palacio que fue quemado por los soldados franceses durante la guerra de la Independencia.
Contaba aún -en 1847- con unas 200 robadas de dehesas; sus gentes se dedicaban a producir y exportar cereales y patatas, recibían el correo desde Pamplona y sólo contaban con caminos locales no muy buenos.
Su iglesia parroquial, dedicada a San Juan Bautista, es un edificio románico construido en piedra, remodelado en el siglo XVI.