[1] La Guardia Civil fue introducida en Filipinas por el gobierno colonial español en 1868, durante el mandato del gobernador general Carlos María de la Torre y Navacerrada.
Los oficiales procedían del ejército regular español y normalmente, formaban patrullas compuestas por dos hombres, conocidas como binomios.
Algunas fuentes documentan que incluso podían matar a sospechosos sin juicio previo si ofrecían resistencia.
En esa misma parte del libro, consta que otro cierto personaje ficticio llamado Andong Sintó-sintó fue supuestamente enviado a la capital, Manila, para ser encarcelado por el mero hecho de recoger plátanos para cenar.
[5] En el capítulo quinto de El filibusterismo, otro personaje ficticio, el cochero, es supuestamente atracado, golpeado y llevado a prisión por un agente de la Guardia Civil por no mostrar su cédula.