Gruta de Lourdes de Cavancha
[1] Su construcción se inició en 1922, en el terreno de la escuela construida por encargo del sacerdote José María Caro Rodríguez en la Península de Cavancha.[2] Las obras fueron dirigidas por el maestro albañil Cupertino Fernández.Adela, reconocida en Iquique por sus acciones benéficas, contrató al pintor y sindicalista chileno Sixto Rojas Acosta para diseñar las que serían las dos únicas obras escultóricas del artista:[3] una estatua de tamaño natural de la Virgen de Lourdes[4] y otra de Santa Bernardita, las que fueron instaladas en la gruta en 1923.[5] Para la confección de ambas estatuas, el artista utilizó modelos en greda de tamaño natural, para luego obtener los moldes y realizar las figuras definitivas en vaciado de yeso macizo.[2] En 1949, el sacerdote Pedro Aguilera pidió a los Misioneros Oblatos de María Inmaculada que se encargasen de la atención pastoral y religiosa del santuario.