[1] Al ser inviable la evacuación de tropas alemanas desde Curlandia, Hitler exigió al OKH mantener dichas fuerzas estacionadas en Letonia para proteger el tránsito naval alemán en el Báltico y distraer a las tropas del Ejército Rojo que amenazaban ya Prusia Oriental desde agosto de 1944.
[2] Además, esperaba que la propia Curlandia sirviera como "punto de partida" en una hipotética nueva ofensiva contra la URSS.
[3] Las tropas cercadas en Curlandia libraron duros combates contra el Ejército Rojo, a pesar de que los esfuerzos bélicos de la Stavka soviética estaban más concentrados en el territorio alemán propiamente dicho.
Las tropas alemanas cercadas en Curlandia comprendían el XVIII Ejército y el XVI Ejército del Heer, incluyendo numerosos tanques, aviones de combate, cañones y ametralladoras, aunque cercados por tropas muy superiores en número del "Frente de Leningrado", mandado por el mariscal soviético Leonid Góvorov y que comprendía más de treinta divisiones.
Lo cierto es que los soviéticos tampoco hicieron serios intentos de destruir al Grupo de Ejércitos, pues no tenían capacidad para lanzar una ofensiva importante contra sus líneas, y se limitaron a esperar su rendición.