La profundidad del escenario es de 25 m, y la boca tiene una anchura de 30 m y una altura de 9 m. Se puede utilizar indistintamente para representaciones operísticas, o para conciertos sinfónicos, cubriendo el foso de la orquesta.
Desde la entrada principal, el público accede a la sala por cinco grandes puertas de bronce.
El arquitecto hizo uso de materiales locales, como el propio conglomerado extraído del Mönchsberg o la caliza de Adnet.
Todo el edificio está decorado con diversas obras de arte.
Con ello se quiso dar homenaje a tres de las más importantes personalidades de la historia del Festival: el compositor Richard Strauss, el libretista Hugo von Hofmannsthal y el director teatral Max Reinhardt.