Gregorio Araneta

Nombrado registrador en el distrito del sur de Manila, más tarde actuó como fiscal en la Audiencia de Manila.

Actuó como secretario en el Congreso de Malolos que promulgó la primera constitución filipina.

Tras el Tratado de París en enero de 1899, volvió a Manila, donde se entregó a los americanos, actuando como colaboracionista.

[1]​ Fue nombrado por los americanos miembro de la Audiencia de Manila, junto con Cayetano Arellano, Florentino Torres, Manuel Araullo, Julio Llorente y Dionisio Chanco.

En 1913, tras presentarse al Senado, sin conseguir la elección se retiró de la vida política.