Un fallo estructural en un tanque que almacenaba una gran cantidad de melaza anegó por completo las calles del norte de Boston, avanzando a unos 56 kilómetros por hora.
La inundación acabó con la vida de 21 personas e hirió a otras 150.
También se utilizaba fermentado para producir etanol, que a su vez se usaba tanto en la producción de bebidas alcohólicas como en la producción de municiones y armamento.
Muchos edificios terminaron anegados por la melaza y adquieron una capa de entre 0,6 a 0,9 metros.
Menos precisión tuvo The New York Times, que tan solo señaló doce muertos en el desastre.