Este honor también le fue concedido a la imagen de la Virgen del Carmen, venerada en el mismo templo.
El Gran Poder está representado pensante al pie de la cruz mientras espera su crucifixión.
La escultura tiene cabello natural cuyos mechones acaban en rulos, característica típica del tocado judío.
El Gran Poder de Dios lleva a su lado dos bellos ángeles que le sostienen los cordones del traje.
Fueron realizados por el escultor de lagunero Sebastián Fernández Méndez en 1755, corriendo su policromía a cargo del pintor portuense José Tomás Pablo en 1778.