Esta teoría considera que las unidades básicas del lenguaje son símbolos o pares convencionales de una estructura semántica con una etiqueta fonológica.
Las relaciones son conceptualmente dependientes, mientras que los objetos son conceptualmente autónomos y forman entidades discretas “porque incorpora[n] una cantidad restringida de sustancia y consecuentemente tiene[n] una disposición espacial limitada”.
[2] El significado de las expresiones lingüísticas presupone: a) un sustrato conceptual, conformado por el conocimiento enciclopédico, que es la aprehensión del contexto físico, social y lingüístico; b) un constructo, que es una entre muchas posibilidades de concebir una situación; y c) habilidades imaginativas, manifestadas en la existencia de metáforas o entidades cuya existencia sólo es virtual.
las palabras compuestas o las frases hechas), integrándose al lexicón, “un conjunto de expresiones fijas en una lengua”.
Además, Langacker supone que las estructuras lingüísticas están motivadas por los procesos cognitivos generales.