Grabación magnética analógica

La información se graba sobre el soporte cuando este pasa por delante del electroimán.

En estado natural (es decir, cuando no están magnetizadas) las partículas ferromagnéticas tienen los dominios magnéticos completamente desordenados.

De nada sirve inducir el magnetismo sobre una superficie, si esta queda desmagnetizada inmediatamente.

Al principio, la magnetización requiere un mayor esfuerzo eléctrico (es la llamada zona reversible); hasta que llegado a un punto, la magnetización se produce de forma proporcional (zona lineal).

La señal de bias es una frecuencia que se encuentra entre los 80-100 y 150-200 kHz.

Un mal ajuste de las bias podría comprometer las altas frecuencias en la grabación.

Más allá de la cuarta generación, todos los defectos son audibles, con lo que la calidad puede llegar a ser pésima.

Para poder realizar este ajuste se utilizan las cintas de prueba (test tape).

Un decibelio (dB) no es un valor absoluto siempre hace referencia una comparación entre señales.

El nivel de flujo magnético se mide en nanofibers por metro (nWb m-1).

Los magnetófonos profesionales cuentan con tres motores: El motor de velocidad se llama también capstan, porque está situado dentro de un eje (capstan) que arrastra la cinta a una velocidad preseleccionada por el usuario.

La velocidad de arrastre es un factor clave, porque tiene una respuesta en frecuencia directamente proporcional.

Por tanto a mayor velocidad, hay un más amplio rango de respuesta en frecuencia.

Son pequeñas variaciones no perceptibles por el oído, que se utilizan, principalmente, para adaptar las velocidades de grabación entre dos emisoras.

Así quedan corregidos factores como los retardos de línea, entre otros parámetros.

Fue el primer equipo usado tanto en grabaciones de radio, como en producción discográfica.

Hoy en día, a las grabaciones realizadas con este método se les denomina, en inglés, full track (pista completa).

Por ello, la primera vez que la cinta se graba, el sonido queda registrado en la pistas 1 y 3.

Cuando volvemos a grabar la cinta en la cara opuesta, el sonido queda registrado en las pistas 2 y 4.

Todos estos inconvenientes hicieron que el magnetófono dos pistas se limitara al ámbito doméstico.

En estos casos, es fundamental sincronizar la reproducción del sonido con la grabación de la nueva pista.

Para que pueda realizarse esta sincronización una o las dos cabezas grabadoras han de poder ser conmutadas al modo reproducción.

En las grabaciones actuales gracias al mezclador se utilizan todo tipo de fuentes, que son grabadas en pistas independientes.

Las fuentes pueden ser instrumentos musicales, micrófonos o también otro tipo de aparatos e instrumento musical electrónico que producen señal eléctrica: como los samplers, los sintetizadores, guitarra eléctrica etc.

Es necesario realizar esta pre-ecualización porque los cabezales pueden sufrir desgastes por el uso y otro tipo de problemas...

Todo dependerá de quien realice la grabación y los criterios que estime oportunos.

Como en la mayoría de ocasiones en la mezcla directa no se obtiene el resultado idóneo o que se buscaba, las consolas de mezcla incorporan sistemas automatizados que memorizan los procesos y permiten introducir modificaciones antes de realizar la copia final, sin tener que repetir todo el proceso.

Las casas encargadas de realizar copias comerciales en casete utilizaban unos equipos conocidos como duplicadores de casete que podían hacer correr la cinta a 16, 32 o 64 veces la velocidad normal.

El portaestudio permitía la grabación de 4 pistas y, al igual que en los magnetófonos multipista, cada pista podía grabarse por separado y permitía la grabación sincrónica.

Luego, a la hora de leer, se reproduce el intervalo exacto.