Las primeras patentes para la bujía datan de Nikola Tesla[1] en el que se diseña un sistema temporizado de ignición repetida, en el año 1898), casi al mismo tiempo que Frederick Richard Simms (GB 24859/1898, 1898) y Robert Bosch (GB 26907/1898).
Karl Benz también inventó su propia versión de bujía.
Las bujías se clasifican por lo que se conoce como rango térmico en función de su conductancia térmica.
Aunque se habían utilizado anteriormente algunos sistemas de alumbrado para la conducción nocturna, los primeros faros apenas alumbraban y servían poco más que como sistema de señalización.
Honold concibió la idea de colocar espejos parabólicos detrás de las lámparas para concentrar el haz luminoso, lo que mejoraba la iluminación del camino sin necesidad de usar un sistema eléctrico más potente.