Gonzalo Valero Montero

[2]​ Llevado por su afición al dibujo de paisajes, se dedicó a él desde niño como parte esencial de sus estudios, si bien tuvo que abandonarlos después por cursar la carrera de jurisprudencia.

[2]​ Terminada esta, estudió bajo la dirección de Rafael Montesinos.

[2]​ De regreso a su localidad natal se dedicó a pintar al óleo y a la aguada, bocetos y paisajes acompañados de figuras de reducido tamaño casi todos.

[2]​ Fue premiado en las Exposiciones valencianas de 1855 y 1867: en la primera había presentado dos vistas del Santuario de Nuestra Señora de la Cueva Santa, y en la segunda Recuerdos de Aragón y Ruinas del teatro de Sagunto.

[2]​ Fue un prolífico autor de paisajes.